Del 6 al 8 de junio pudimos asistir al curso-taller “La Investigaciónde Público en Museos, Exposiciones y Centros de Interpretación del Patrimonio”, organizado por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, en colaboración con la Asociación Española de Museólogos, e impartido en el Museo Arqueológico de Córdoba. Nuestro interés se centraba en comprobar si dentro del campo de la investigación de público en museos se tenía en cuenta a las personas con discapacidad.
El curso fue dirigido e impartido por Eloísa Pérez Santos y Ángela García Blanco, asesoras científicas del Laboratorio Permanente dePúblico de Museos dependiente de la Subdirección General de Museos Estatales del Ministerio de Cultura. Dos profesionales con una importante experiencia y muy involucradas en este campo.
La primera gran sorpresa del curso fue el darnos a conocer el Laboratorio Permanente de Público de Museos y su labor como instrumento de gestión, que permite a los profesionales de los museos disponer de datos significativos sobre los visitantes, con el fin de orientar todas las actuaciones que tienen como destinatario último al público. También nos sorprendió su web, que ofrece una muy interesante recopilación de informes y recursos relacionados con la investigación de público en museos. A pesar de que la actividad de Laboratorio es relativamente reciente, la investigación del público en los museos tiene un amplio recorrido teórico y práctico. En el curso se nos expone como los principales museos de Estados Unidos o Reino Unido investigan al público para detectar problemas a mejorar dentro de sus instalaciones y programas museísticos. Así, aspectos como el tamaño de la letra, la señalética o las audioguías existentes hoy en día en gran parte los museos, no podrían explicarse sin estas investigaciones previas.
La segunda sorpresa fue conocer que no solo se tenía en cuenta la perspectiva de la discapacidad en las investigaciones de público, sino que se estudiaba concretamente su problemática e incluso se proponían recomendaciones. Recomendaciones que utilizan como base la aspiración de convertir a los museos en espacios donde la sociedad tome conciencia del valor del patrimonio y lo juzgue como medio de acercamiento a la propia historia, de enriquecimiento personal y colectivo, de escenario de participación social, de respeto y comprensión de lo diverso. Así, en la publicación elaborada por el Laboratorio “Conociendo a nuestros visitantes”, tras constatar que existe un escaso público de más de 65 años y de personas con discapacidad, plantea algunas recomendaciones con el objetivo de aumentar el número de visitas:
- Mejorar los servicios de descanso (áreas de descanso, cafetería…).
- Publicitar la gratuidad de la visita a museos.
- Tener en cuenta las características de los visitantes mayores en el diseño de exposiciones y la señalización (tamaño de letras en textos…).
- Realizar actividades orientadas a visitantes de la tercera edad.
- Promover la participación de las personas mayores en las actividades de los museos mediante el voluntariado cultural.
- Realizar un plan integral de eliminación de barreras (físicas, sensoriales y cognitivas) aplicando la normativa contemplada en la LIONDAU.
- Difundir su implantación progresiva y uso implicando a los colectivos de personas con discapacidad
- Realizar campañas para cambiar la imagen de los museos como lugares inaccesibles o inadaptados para las personas con discapacidad
- Tener en cuenta las características de los visitantes con discapacidad en el diseño de las exposiciones y la señalización (comprensión de textos, dificultad de entender las claves expositivas, formatos de texto: tamaños de letras, alturas de textos, adaptación a otra serie de códigos y lenguajes: braille…)
- Seguir con la implantación de audioguías y signoguías. Promocionar su utilidad y ofrecer en ellas servicios específicos para las diferentes discapacidades.
- Realizar convenios de colaboración con asociaciones y entidades representativas de las personas con discapacidad y sus familiares.
En definitiva, muchas de las recomendaciones que venimos recopilando en este blog, ya están a disposición de los gestores y responsables de los museos a través de una institución pública, que se basa en una metodología científica para conseguir estos resultados. La pregunta, por tanto, es: ¿cuándo empezarán a tenerse en cuenta estas recomendaciones? ¿se llevarán a cabo como una actuación integral o de manera aislada y por tanto ineficaz? Esto último es importante, pues no se puede realizar un plan integral de eliminación de barreras si no se implanta, no se puede realizar una campaña difundiendo la accesibilidad de nuestros museos si no son accesibles a todas las discapacidades, no se pueden implantar audioguías si no se promociona su utilidad para las personas con discapacidad, no podemos basar la accesibilidad de nuestros museos en la única existencia de audioguías…
Lo último no fue tanto una sorpresa como una constatación de nuestras impresiones a medidas que nos vamos adentrando en el tema de la discapacidad: la mayor parte de las medidas que se proponen para mejorar la accesibilidad, ya sea en normativa o en guías de buenas prácticas, beneficiarían a toda la población. Así, en el informe comentado anteriormente se expone de manera general una valoración negativa de las comodidades de los museos, de la información y explicaciones en las salas, de la señalización y de la comodidad para ver piezas y leer textos; elementos que si se mejoraran utilizando criterios de accesibilidad universal, tendrían una mejor valoración.
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