Imagen: Pictograma persona con discapacidad intelectual |
En la entrada anterior hablamos de la accesibilidad en el medio urbano como uno de los factores claves del turismo accesible. Actualmente, la accesibilidad en este espacio y en la edificación son los dos campos más desarrollado por la legislación, que se centra en la adecuación para su uso por las personas con discapacidad física y sensorial. Pero, ¿qué ocurre con las personas con dificultades cognitivas? ¿Se está haciendo algo por facilitar la comprensión u orientación en el espacio urbano?
La respuesta a estas preguntas la encontramos en el documento “Accesibilidades y capacidades cognitivas”, editado en el marco del Proyecto “Accesibilidad Urbana considerando las Capacidades Cognitivas”, realizado por la Fundación ONCE y otras entidades del ámbito de la discapacidad. Tras su lectura, nos ha quedado la impresión de que está todo por hacer, aunque sí existen unas directrices generales para facilitar la comprensión del entorno urbano a las personas con discapacidad intelectual.
Nosotros queremos compartir hoy en nuestra experiencia particular al realizar desplazamientos urbanos en compañía de algunas personas cuyas necesidades cognitivas requieren de un apoyo especial. Nos vamos a centrar en las cuatro dificultades surgidas a la hora de cruzar la calzada a través de un paso de peatones sin semáforo, así como en las posibles actuaciones que podrían repercutir positivamente en su accesibilidad.
Imagen: Vado con bandas señalizadoras de diferente textura pero poco contraste. |
Imagen: Vado con pavimento de distinta textura y color |
Imagen: Vado para peatones señalizado verticalmente |
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