Continuamos dándoos a conocer parte de los contenidos del Curso Accesibilidad al Patrimonio Cultural que se va a impartir próximamente. Vamos a seguir con los criterios para la selección de objetos a incluir en una exposición. En entradas anteriores ya mencionamos algunos requisitos de accesibilidad que benefician al conjunto de visitantes; hoy vamos a centrarnos en los aspectos a tener en cuenta para que el contenido de nuestra exposición sea accesible a las personas con necesidades visuales y cognitivas específicas. Para ello, debemos:
1º Incluir objetos que se puedan tocar, aunque se trate de objetos patrimoniales alternativos con similar material y textura. La capacidad de comunicación de los objetos a través del tacto será de interés para todos los visitantes e imprescindible para las accesibilidad al conocimiento de las personas ciegas o con resto de visión, que podrán percibir a través del tacto la textura , forma y detalles del objeto. Los objetos que puedan tocarse deben ser sólidos, resistentes al desgaste y estar bien anclados al mobiliario para evitar su caída o dificultad de localización. Iniciativas como esta ya están disponibles en el Victoria and Albert Museum.
Imagen: Exposición de objetos táctiles en Victoria and Albert Museum |
2º Incluir réplicas o adaptaciones en formato táctil de los espacios y objetos más representativos. En el caso de exposiciones de pintura, la réplica en formato táctil representa la composición y texturas de la obra original. Este sistema permite a las personas con deficiencia visual la apreciación de las obras pictográficas, que a diferencia de los materiales tridimensionales, no pueden ser apreciadas en su totalidad a través del tacto. Las imágenes inferiores procedentes del Art Insitute Chicago, muestran una obra y su réplica táctil, en la que además se incluyen unas anotaciones en sistema Braille sobre los principales datos de la obra.
Imagen: Ambientación en el Parque Arqueológico de Aubechies. |
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