Imagen: Vista de la puerta de acceso al Museo Julio Romero de Torres |
Nos ha sorprendido gratamente leer las recientes noticias que se han publicado en la prensa local cordobesa con motivo de la reapertura del Museo Julio Romero de Torres. Consideramos todo un logro que el Ayuntamiento de Córdoba, a través de la prensa, exponga que una de las grandes novedades que presenta el Museo tras su restauración, es la “completa adaptación para discapacitados”. La redacción del artículo confiere a la accesibilidad del museo una importancia similar a la de otros aspectos rehabilitados de valor puramente museístico, como el trazado de nuevos recorridos y denominación de salas, entre otros. Se produce así un hecho de singular importancia para el turismo inclusivo cordobés, que lleva el sello de garantía de la Oficina para la Accesibilidad del Ayuntamiento de Córdoba, y que estamos deseosos de corroborar con nuestra próxima visita al museo.
Ahora bien, la lectura de los numerosos artículos referidos al acontecimiento, pone de manifiesto la frecuente falta de formación en la redacción de noticias en las que se habla de accesibilidad o discapacidad (ver noticia del Diario Córdoba). En la redacción de los artículos, nuevamente se produce la identificación exclusiva de accesibilidad con discapacidad física. Este hecho se pone de manifiesto al hacer referencia a la instalación de ascensor como mejora expresa de la accesibilidad del edificio; considerando la implantación de pantallas táctiles y audioguías como una adaptación para ciegos aparte de la accesibilidad. También notamos la falta de conocimiento sobre las distintas discapacidades y sus necesidades, al no incluir a las personas sordas como beneficiarias de los sistemas implantados y a las personas ciegas como beneficiarias de las pantallas táctiles.
A la vista de los últimos acontecimientos, fijamos nuestro próximo objetivo:
MUSEO JULIO ROMERO DE TORRES.
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