Accesibilidad en Museos a través de la Lectura Fácil

Pictogramas de distintas discapacidades. Texto: arte consentido. Museos accesibles.
Imagen: Logo del programa Museos Accesibles de Argentina.
Fuente: http://promocioncultural-cba.webnode.com.ar/

La organización y creación de contenidos culturales, tiene como finalidad la puesta a disposición del público de su significado y conocimiento. Las personas con discapacidad forman parte del público de los museos, por lo que estos deben cumplir la legislación y facilitar el acceso de todas las personas a los servicios ofertados. Para lograr la accesibilidad de los contenidos de museos y exposiciones, es necesario disponer las medidas necesarias para lograr la accesibilidad física en su modo de presentación, y la accesibilidad sensorial y cognitiva en el acceso a la información.

Hoy queremos hablaros de las necesidades de las personas con discapacidad intelectual, que son las grandes olvidadas en materia de accesibilidad. En la actualidad, algunos museos están facilitando el acceso a la información de este colectivo a través de programas y visitas específicas. Esta solución resulta de utilidad para las asociaciones de personas con discapacidad, que pueden acudir en grupo con una visita a su medida. Pero la diversidad de este público hace que no todos ellos sean potenciales usuarios de estos programas, y que por tanto se requiera la implantación en el museo o exposición, de medidas de accesibilidad generales similares a las dispuestas para el resto de visitantes con necesidades específicas.

Persona realizando un collage
Imagen: Actividad específica en Museo Picasso de Barcelona.Fuente: http://www.blogmuseupicassobcn.org/


Dado que muchas de las personas con discapacidad intelectual tienen un bajo nivel de comprensión lectora, la denominada “lectura fácil” podría ser una buena medida general para mejorar la accesibilidad a la información proporcionada en el museo. La lectura fácil consiste en la adaptación de un texto para permitir su lectura y comprensión de una manera más sencilla. Esta adaptación nada tiene que ver con la simplicidad, sino que es fruto de una pautas y metodología establecidas, que trata de transmitir la información de manera eficaz al público con un nivel de comprensión por debajo de la media. En la lectura fácil además de la redacción se cuida la legibilidad del texto, de manera que el diseño y la maquetación deben cumplir una serie de requisitos que garanticen la claridad expositiva. 

Existe un estudio realizado en el año 2012 por Tatiana Alemán Selva sobre “Pautas de accesibilidad para experiencias móviles en museos”, que reflejan que la lectura fácil es un recursos demandado por todas las personas con discapacidad, y en especial por aquellas que tienen diversidad funcional intelectual y auditiva. Si a estos resultados unimos la necesidad de acercar la cultura a otros grupos de personas con un bajo nivel cultural, extranjeros con escaso dominio de la lengua, jóvenes y niños, así como personas con problemas cognitivos; encontramos que la lectura fácil puede ser un recuso inclusivo que acerque la cultura a gran parte de los visitantes.

La elaboración de la información en lectura fácil requiere la formación del redactor en esta técnica. Entre las diversas entidades encargadas de divulgar esta materia, destacamos el Proyecto dilofácil liderado por Oscar García Muñoz, especialista en esta materia y autor de los documentos: “Lectura fácil: Métodos de redacción y evaluación”, y “Lectura fácil” Guías prácticas de orientaciones para la inclusión educativa.

La especificidad del contenido de los textos museísticos no debe considerarse un obstáculo para su conversión a lectura fácil, sino un incentivo. Según se extrae del blog dilofacil, algunas de las pautas generales para la adaptación de textos de contenido cultural son las siguientes: buscar un equilibrio en la información que haga huir del exceso de detalles que desenfocan la atención del objetivo principal; explicar en los márgenes del texto el vocabulario complejo con palabras sencillas; y complementar a la información escrita con ilustraciones realistas y en color que amenicen la lectura y la hagan atractiva. Todo ello lo podéis observar en las imágenes siguientes.

Página con imagen de la puerta a color, glosario en fondo rosa en el margen izquierdo y texto explicativo con el contenido: La Puerta de San Vicente tiene su nombre por la Basílica de San Vicente que está frente a la puerta. Se parece a la Puerta del Alcázar. Etc.
Imagen: Página número 14 del folleto “Las 9 Puertas” en lectura fácil.
Glosario en el margen derecho con fondo rosa. Texto explicativo general con los títulos en mayor tamaño, letra minúscula y color diferenciado. Las palabras del glosario aparecen reseñadas con otro color dentro del texto general.
Imagen: Página número 15 del folleto “Las 9 Puertas” en lectura fácil.


A pesar del éxito rotundo que la utilización de la lectura fácil tendría en los museos y exposiciones, su uso hoy en día es aún incipiente. Cabe destacar los folletos adaptados por DILOFÁCIL “Las 9 Puertas” de la Muralla de Ávila y “Monumentos Teresianos”, que muestran que la ciudad de Ávila ha entendido que la accesibilidad universal a la cultura y al patrimonio incluyen a las personas con discapacidad intelectual que tienen un bajo nivel de comprensión lectora. Os recomiendo su consulta y os animo a continuar con este tipo de iniciativas que acercan nuestros museos a la realidad de sus visitantes y nos aproximan a la accesibilidad universal.

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