Imagen: Plaza reservada para usuarios de silla con anclaje  a pared de tres puntos y asiento preferente por si el pasajero quiere viajar en asiento convencional.

Imagen: Plaza reservada para usuarios de silla de ruedas equipada tan sólo con anclaje a suelo.

Hemos estudiado el contenido del Plan de Accesibilidad Universal, para ver si los proyectos de futuro que el documento plantea, satisfacen las demandas de los usuarios que os hemos transmitido en la entrada anterior. En el apartado “Trenes en estudio, próximos proyectos”, obtenemos algunos datos de interés sobre las intervenciones planteadas para los trenes de larga distancia. Consisten, de manera general, en la creación de dos plazas reservadas para personas usuarias de silla de ruedas, con la siguiente configuración: 

“… 2 espacios para sillas de ruedas y 2 asientos preferentes para su uso por personas que, aún utilizando silla de ruedas, prefieren realizar su viaje transferidos a una plaza convencional; además se dotará a estas plazas de reposacabezas, cinturones de seguridad y otros accesorios que mejorarán el confort. 

 Se instalarán asientos enfrentados a las plazas de viajeros en silla de ruedas, para mejorar su integración con el resto de viajeros.”

Con estas intervenciones sería posible satisfacer en los trenes que el Plan Universal contemple, las demandas denominadas A y B en la entrada anterior, que os recordamos se referían al equipamiento de las plazas reservadas. Desde aquí instamos a que este diseño se implante en todos los trenes, ya que es una cuestión de redistribución del mobiliario interior, que se podría implementar en cualquier tren en el que se haya superado el problema de acceso desde el andén. Por otro lado, el Plan no especifica si los asientos enfrentados a las plazas reservadas, serán de uso prioritario para los acompañantes del pasajero usuario de silla de ruedas. Esto debería ser un requisito indispensable que garantizaría no sólo la inclusión, sino el derecho a viajar en las óptimas condiciones de seguridad y comodidad para él y para sus compañeros de viaje. 

Sobre la demanda C planteada, referente a las características de los asientos, el Plan no aporta datos sobre la puesta en marcha de medidas de mejora; así que aquí queda a modo de apunte, y de incentivo a la mejora de la calidad de sus servicios.

En cuanto al apartado D sobre la habilitación de un espacio reservado para las sillas plegadas; el Plan de Accesibilidad Universal refleja la futura consideración de esta reserva de espacio en algunos trenes concretos. Creemos que esta reserva debería ser una actuación generalizada en todos los trenes, y en cuanto a su ubicación; deberá estar próxima al asiento reservado, ya que de lo contrario se crearía una situación de inseguridad y dependencia para el usuario, que quedaría inmovilizado en el asiento convencional.

La sustitución de anclajes planteada en el punto E, no aparece recogida en el Plan, existiendo gran cantidad de trenes que actualmente disponen del sistema de guías de anclaje al piso. Reclamamos la eliminación de este sistema que inmovilizan al usuario de silla de ruedas del mismo modo que si al resto de pasajeros nos pusiesen un cinturón que nos impidiese levantarnos ¿alguien se imagina que este fuese un sistema aceptable para la mayoría?

Esperamos que Renfe siga tomando buena nota de las propuestas de mejora realizadas por sus usuarios, y que mantenga su compromiso con la accesibilidad universal. Ahora bien, para que la satisfacción del usuario sea completa, deberá complementar la accesibilidad a sus productos y servicios con una buena atención al cliente y servicio de mantenimiento. En próximas semanas veréis que aún nos queda mucho de qué hablar. 

Uno de los medios de transporte más criticados por su falta de accesibilidad física, es el transporte en autobús por carretera. Como recordareis, en este blog ya se publicó la entrada “Una piedra en el camino”, en la que se expresaban en primera persona, las dificultades sufridas con motivo de un viaje interprovincial en autobús. Pero son muchas más las voces que critican el hecho de que un transporte barato, esté vetado para las personas usuarias de sillas de ruedas. 

La lectura de la normativa reguladora, no nos ha dado ninguna tranquilidad sobre la accesibilidad futura de este servicio; de hecho nos parece extremadamente permisiva e inconcreta. A modo de ejemplo os exponemos algunas pinceladas. 

El Real Decreto 1544/2007 determina múltiples excepciones a la obligatoriedad de facilitar el acceso al autobús de personas usuarias de sillas de ruedas. A modo de resumen, os exponemos qué servicios NO están obligados: 

• Aquellos cuyo itinerario no exceda de una comunidad autónoma y dispongan de menos de 10 vehículos adscritos. 
• Aquellos con tráfico inferior a 1.000.000 de viajeros por kilómetro y año, y cuya ruta más larga no supere los 100 kilómetros. 
• Todos los autobuses que están operativos en la actualidad y que no se incorporan a nuevas concesiones. 

Es decir, que a los usuarios de sillas de ruedas les resulta mucho más difícil realizar viajes cortos que largos, además dependen de la antigüedad de la flota, y de las probabilidades de que te toque el autobús adaptado en el horario que a ti te conviene o no. ¿Es esto igualdad de oportunidades?

Imagen: Acceso con medios propio de autobús

Por otro lado el Real Decreto, cuando determina la obligación de facilitar el acceso a las personas usaría de sillas de ruedas, no especifica cómo se ha de realizar. Debido a ello, nos planteamos si seguirán siendo válidos los sistemas de grúas independientes del autobús, que se encuentran en algunas estaciones. Entendemos que cualquier norma de seguridad debe eliminar esta posibilidad, ya que si hay un percance en carretera y hay que evacuar al pasajero usuario de silla de ruedas ¿cómo se haría? 



A esta inseguridad, se suma la incertidumbre a la que el pasajero se ve expuesto durante todo el viaje, sin saber cómo bajará del autobús en la estación de destino. Recordemos que la grúa que lo ha subido se ha quedado en la estación de origen y que existen fundadas razones para cuestionar si en la estación de destino, habrá realmente una nueva grúa. Y si la hay ¿estará estropeada por el desuso? ¿Sabrá manejarla correctamente el operario de turno? 

Con todo lo dicho, y sin entrar en los dilatados plazos de 8 ó 13 años para el cumplimiento de determinados aspectos, entendemos que las exigencias del Real Decreto 1544/2007 en materia de transporte por carretera están bien lejos de la accesibilidad universal. Os invitamos a compartir vuestras experiencias, comentarios y opiniones con nosotros, seguro que saldremos enriquecidos.

Fran J Reina
Beatriz Alcántara